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“Cuando persigo el dinero nunca tengo lo suficiente. Cuando mi vida está concentrada en un propósito y dar lo mejor de mí, me vuelvo prospero.” Wayne Dyer
Para ser abundante se debe honrar la vida, no es una condición sino la actitud
para lograr fácilmente las metas prosperas por medio de la gratitud. La
abundancia se logra al dejar de lado el miedo y al poner acción sobre las metas
personales. Mientras que la gratitud es un hábito que al practicarlo produce
bienestar, la prosperidad es el resultado que se refleja en todas las áreas de la vida.
Cuando se
habla de gratitud absoluta se acepta que, tanto las cosas positivas como
negativas son lecciones que nos llevan al éxito. Recuerda que la carencia se
manifiesta con pensamientos negativos, como: yo no puedo, me tienen envidia,
las cosas no me salen, esto no es suficiente o tengo mala suerte.
¡Atrévete a ser abundante, agradece todo lo que tienes y
lo que está por llegar!
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